Muchas son la barbaridades que ha hecho el hombre en nombre de las creencias: guerras, asesinatos, violaciones, torturas, mutilaciones, esclavitud...y aún así el hombre sigue creyendo. Algunos dicen que se cree por miedo, porque en algo hay que creer. Se cree por multitud de motivos...
Muchos son los que creen y defienden sus creencias, porque lo vieron, lo oyeron, lo soñaron, porque se lo dijo dios o un extraterrestre...
Pero hablemos de nuestras no creencias: no creo en el ego, no creo en la guerra, no creo en la violencia, no creo en la política, no creo en la justicia, no creo en la sociedad, no creo en lo que me cuentan, no creo en lo que viste, ni en lo que veo, no creo en ti ni en mi, no creo en el mundo en el que vivimos, no creo en las máscaras y no creo en quien dice no usarlas, no creo en quien habla y no hace, no creo en el creer sino en el saber, no creo en el mal sino en la ignorancia, no creo en el bien sino en la sabiduría.
No creo en no creer, porque como dijo el sabio: "quien dice bueno, está creando malo". Este mundo está dormido y nosotros soñando, porque creemos que creyendo se consigue algo. Por eso yo creo tanto en lo que creo, como en lo que no creo...